Maria del Carmen Melero
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Hemos pasado 4 noches en este alojamiento en una zona tranquila del Veneto. Los dueños son un encanto, muy amables y atentos. Mónica es un encanto de mujer, siempre atenta y con muchos detalles. El alojamiento incluye el desayuno, y todos los días hemos desayunado como reyes, no nos faltaba de nada, dulce y salado, café, zumos. La habitación muy grande, la limpieza genial.
Hemos cenado un par de noches, y la comida toda muy buena y de calidad, así como sus vinos de elaboración propia.
Sin duda volvería a repetir.