Francisco Carrillo
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Una visita decepcionante, porque tenía muy buena pinta.
La carta de entrantes no está mal, la gilda es generosa y la flor de atún es muy original, el buñuelo no convence demasiado y el ali oli de tinta que se anunciaba apenas se nota.
Pero la decepción fue la carta de segundos, no te puedes anunciar como asador del mar y no tener platos de pescado en la carta y solo un tipo de pescado a la parrilla, nos comimos un calamar que no estaba mal (ni memorable, del montón) aunque era bastante pequeño y tengo dudas de que fuera de potera como anunciaban. Asar gambas a la parrilla es algo que hace cualquier chiringuito de playa tan bien como cualquier otro lugar.
La impresión es que carta facilona orientada a eventos familiares (gambas a la parrilla, carne para los niños) que se anuncia con otro reclamo para ser diferente.
El ambiente triste, porque estaba vacío al llegar porque había dos reservas muy grandes que llegaron después, y aunque eso no es culpa de nadie, dos mesas enormes de familias con niños es muy ruidoso y poco acogedor para las mesas más pequeñas.
La carta de vinos corta, poco conocida, algo cara y me parece muy extraño que en España entre los tintos recomendados no haya ni un Rioja ni un Ribera.
El precio no es excesivo (supongo que eso ayuda a atraer reuniones de familia) aunque como hay platos al peso te puedes llevar una sorpresa según las cantidades que pidas.
El servicio no está mal, son atentos, más o menos rápidos, aunque el local tiene puesto el aire demasiado fuerte para compensar el calor de la parrilla.