Carla S. Almeida
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Es el lugar perfecto para una cena romántica, con una vista espectacular. El ambiente es súper íntimo.
Tienen un parqueadero bastante amplio con guardia.
Pedimos el lomo fino y el risotto con frutos del mar. Ambos sumamente ricos.
Te dan la opción de tomar un canelazo y subir a la terraza para contemplar la vista y tomarte fotos.
Lo que si me gustaría sugerir es que iluminen el camino de regreso al parqueadero o al menos lo tengan limpio de 💩 de perro.