Eugenio Garcia
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Intento seguir el lema “si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada”, pero en este caso necesito expresar mi experiencia para que el próximo huésped sepa que esperar del hostel y el complejo Las Leñas en general.
El alojamiento es el único hostel “económico” del complejo, todo lo demás es hotel de lujo. El turismo que viene aquí es masivo: de fiesta y de sky; grupos de niños y niñas entre 20 y 50 años, excitados como si estuviesen en un viaje de egresados. Esto deviene en un alojamiento ruidoso, desordenado y sucio. Los baños sin papel, los pisos y pasillos sucios, los cestos llenos de papeles, las duchas con basura de productos de higiene personal, calzones colgados por todos lados. La cocina está completamente equipada pero también sucia y desordenada. En gran parte el tema orden y limpieza se debe al perfil de huésped que se aloja aquí. Sin embargo considero que, tal vez, con el valor elevado de las camas, podrían pagar un servicio de limpieza constante.
La comunicación con el alojamiento estuvo complicada desde los primeros correos electrónicos, no respondían a mi pedido concreto de 2 noches, sino que respondían con mails armados, impersonales. Imposible comunicarse por teléfono. Costó encontrar simpatía en el personal, realmente se nota que intentan ponerle voluntad. Hablando con varios trabajadores del complejo deduje que, dada la intensidad y perfil de los visitantes, sumado a las condiciones salariales, complican la calidad de un buen servicio y recurso humano.
Me alojé en Hostel Las Leñas un fin de semana de agosto (fines de temporada alta). Pagué ARS 5000 por cama por noche (aproximadamente USD 37 al cambio oficial, USD17 al paralelo). La cama más cara que he pagado en Argentina en una habitación compartida de 8 personas. Sabía de entrada que no incluía desayuno, ya que no lo especificaba en ningún lado, cosa no me importó ya que creí que vendría a un lugar decente y lindo (no encontré imágenes en ningún sitio web, el alojamiento no está en Booking).
Por otro lado: uno debe armarse la cama, lo cual no es un problema, ya que al menos la ropa de cama estaba impecable, las almohadas y colchones firmes. Las habitaciones tienen un locker por persona, enchufes y una suerte de armario/mesa de luz móvil, muy práctico. El hostel queda en el epicentro del complejo, a pocos metros del mercado, restaurantes, boleterías y medios de elevación.