JESUS PRESA VAQUEIRO
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Bien es sabido que las ordenes religiosas elegían cuidadosamente el emplazamiento de sus lugares de retiro y oración. La quinta es uno de esos alojamientos para buscar la tranquilidad y el sosiego entre exuberantes jardines. Estuvimos dos días en el mes de julio con poca ocupación y arropados por Piers y Kate que nos agasajaron con su ceremoniosa amabilidad anglosajona. Dormir con las ventanas abiertas a un claustro franciscano y ser arrullado por el murmullo de la fuente es una experiencia muy agradable. Las estáncias invitan al reposo y a relajarse intramuros. En otros aspectos más prácticos comentar que los precios del minibar no son de un alojamiento de estas características sino que aptos para todos los bolsillos. Por dejar alguna sugerencia se agradecería información en español. La piscina es un lujo que no puedes perderte : al pie de un magnolio, una encina y una exótica corymbia o eucalipto de flor Roja, te refrescara con agua de manantial con propiedades curativas. En resumen.. un lujo que si resulta posible, uno de debería regalarse alguna vez. Recomendable.