Belén Jasche
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Llegamos a las 15:30, preguntamos si podíamos comer y nos respondieron que si, nos preguntaron por las bebidas y le pedimos que nos trajera la carta, con lo que respondieron que eligiéramos la comida que cerraban cocina a las 15:30 (para entonces eran y 32).
Elegimos comida y nos dieron opciones vegetarianas, con lo que pensábamos que era bastante inclusivo ya que en el resto de la isla normalmente hay pocas opciones.
Sin embargo, nos trajeron raciones pequeñas, recalentadas, y con elevados precios.
Tomates aliñados 7€ (corte muy fino y con bastante queso y orégano)
Ensaladilla 7,50€ (4 bolas de ensaladilla y 5 tostadas pequeñas)
6 bolitas de croquetas de espinacas con un chorro de mayonesa 6,50€
Calamares recalentados 7,50€
Un plato de tallarines de arroz con verduras 10€ (muy pasados y blandengues)
El servicio no es malo, tenemos que admitir que nos trataron bastante bien, pero en varias ocasiones a lo largo del mes intentamos venir a comer y no estaba abierto. Ahora que conseguimos volver a comer, teniendo los recuerdos de la infancia donde disfrutábamos de la comida, nos decepcionó.
En fin, espero que sirva para que mejore la comida, el servicio y los precios a largo plazo.