CMoral
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Toda una experiencia desde que entras por la puerta.
El sitio es una pasada, las mesas están cuidadas al detalle.
El trato de los camareros es espectacular. Da gusto oír hablar al propietario, cómo disfruta con su trabajo y la pasión que le pone a todo lo que hace.
Todo eso se ve trasladado en los platos.
Nos recomendó un vino de la tierra muy muy rico, y para comer morcilla con manzana, migas crujientes, pisto manchego con helado de tomate y secreto ibérico con gachas. Le hicimos caso en todo, ¡hasta en lo de repetir si nos quedábamos con hambre! Pensábamos que al pedir repetir del plato, nos traerían un poquito más, pero nos trajeron un plato exactamente igual. Y no nos lo cobraron. Jamás habiamos visto esto en ningún sitio, y para los que somos de buen comer, es una oferta demasiado tentadora.
Mientras esperas que salgan los platos te ponen varios aperitivos, a cada cual más rico.
Los platos súper originales y bien elaborados, con ingredientes de calidad. Todo estaba buenísimo. Una locura la mezcla de distintas texturas y sabores.
Lo mejor de todo, el poder disfrutar de la comida. Los platos para compartir nos los fueron sacando uno a uno, con tiempo para no sólo comerlos si no también disfrutarlos.
Un sitio muy recomendable, volveremos sin duda alguna.