Adrián Pérez
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Conocimos este restaurante al haber entrado en el apartado Bib Gourmand de la Guía Michelín. Ya hemos estado en varios restaurantes de ese tipo y siempre habían sido apuestas seguras. Lástima que hayamos ido a El Foralín para estropear la estadística.
Teniamos una reserva para las 21h y cuando llegamos nos dijeron que si queriamos tomar algo primero en la barra, decidimos hacerlo y tomamos unos vinos hasta las 21:30. A esa hora pasamos al comedor.
La camarera nos trae las cartas, se separa dos pasos hacia atrás de la mesa y casi antes de que nos de tiempo a abrirlas ya nos estaba preguntando si sabiamos que queriamos. Le decimos que no, se retira nuevamente y antes de dos minutos ya estaba otra vez preguntandonos. La escena se repitió dos veces más aún en 5 min. Cuándo tuvimos claro lo que queríamos se lo dijimos: de los 5 que eramos, 3 personas hariamos un picoteo de la carta y las otras dos, nos acompañaría con algun entrante y luego se tomarían un principal. Cual es nuestra sorpresa cuando lo primero que llega a la mesa es el principal de estas personas, llegó incluso antes que los entrantes que pidieron, nos sorprendió mucho el hecho y cuando la chica volvió a la mesa se lo comunicamos. Ella estaba trayendo unas croquetas y un tomate kinder. Cuando le dijimos que el orden era inusual y que las dos personas con plato principal, o se les iba a enfriar el bacalao o los entrantes, la chica se sintio contrariada y se ofreció ¡A LLEVARSE LOS ENTRANTES! Ante semejante disparate, le dijimos que los dejara, que sería que no nos habriamos explicado correctamente nosotros. Aunque si te piden unos entrantes, 2 platos principales completos y otros a compartir no parece que haya mucho que explicar.
Entonces llegó otro de los entrantes: 2/3 de ración de alcachofas. 2 tercios de ración consistian en 2 unidades. DOS. 4 mitades de alcachofa. a 4'5 euros la alcachofa. Una cantidad ridicula, incluso si hubiera sido la ración completa, 3 alcachofas por 13'5 euros. Cuando la gente hablaba de raciones pequeñas, pensabamos que era comparado con un cachopo de sidrería porque la gente suele querer plato abundante sin tener en cuenta la elaboración. Pero es que lo de este plato era ridículo, hay tapas de cortesía mas grandes.
El otro gran inconveniente de los platos salados fueron los panes de xata, que estaban tibios tirando a fríos. Pero los problemas de atención no dejaron de sorprendernos; habíamos pedido un steak tartar, que jamás llegó, asi que aprovechamos y pedimos la picanha y les recoramos que nos faltaba el steak tartar. Cuando nos trajeron la decepcionante picanha (quizá el plato mas simplón de la carta) nos reconocen que no habían apuntado el steak tartar. Así que decidimos cancelarlo... no era plan de comer el entrante frio con los postres.
Cuando acabamos, el chico que habia en barra que ahora vendran a tomarnos la comanda para el postre. 15 minutos despues la chica que servía en el salón pasa a nuestro lado, nos mira y pasa de largo. A la media hora nos levantamos a pedirles que si por favor nos iban a venir a tomar nota de los postres: tardaron 20 minutos en traerlos: una supuesta crema de arroz con leche, que de crema no tenia nada... como mucho de arroz demasiado cocido pero aun presente, y una tarta de queso con kiwi y galleta oreo, que estaba bien, pero sin más. Pedimos los cafés: nueva espera de un cuarto de hora, parece que solo los hace el chico, que en esos momentos no estaba y la chica estaba charlando sin atender a nadie.
Nos llegaron los cafés, pedimos la cuenta y nos fuimos: en total desde que llegamos 3 horas y media y desde que nos sentamos a la mesa casi 3 horas, para comer: 12 croquetas, 1 tomate, 2 alcachofas, 1 picanha,, 2 panes de xata y dos platos de bacalao. 2 cremas de arroz con leche y 1 tarta de queso y tomar 4 cafés. 34 euros por cabeza.
Ni una disculpa por las tardanzas y los desordenes, ni ningun detalle de ningun tipo en el servicio.
La comida esta buena? en general, sí
Merece la pena el restaurante? un rotundo NO.