Christoher Hirsch
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Pasé dos noches en la isla Mechuque en la Hospedaje María Humilde, y me encantó. La amable anfitriona, Dani, me recogió en el muelle y me cuidó con mucho cariño. Me preparó un buen desayuno y se aseguró de que pudiera almorzar y cenar en la Pincoya.
Vale la pena quedarse dos noches en la isla, especialmente si se llega por la tarde o noche, para tener suficiente tiempo para caminar hasta la Muelle de la Isla, en el interior de la isla, pasear por la costa y disfrutar del encanto del hermoso pueblo de Mechuque.
Recomiendo mucho esta experiencia. El alojamiento estaba muy limpio y bonito, y además ofrece una vista increíble al mar.