Teresa F.
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Negocio berciano familiar multipremiado, padre e hija en cocina, madre jefa de sala e hijo sumiller. Con una bodega cada vez más creciente y selecta, unas 300 referencias de vino (muchas de ellas lo mejor del Bierzo) y un menú degustación cambiante y desconocido hasta entrar en comedor, con filosofía local (huerta propia en Corullón), de temporada, y de aprovechamiento. 6 entrantes, destaco el panipuri con escabeche de níscalos y 3 de ellos marinos; salmorejo para cambio de tercio; 3 pases más : ensalada, socarrat y ravioli; y 3 postres.
Interesante la diversa oferta de maridajes, algunos bercianos, otro del viejo mundo, alguno especial para sumilleres… con precios y número de vinos variados, servidos con Coravin.
La sala, contigua a cocina, bien dotada, es muy luminosa con grandes ventanales a un breve pasillo verde. Me gustó la disposición de todos los cubiertos en mesa para ser usados a conveniencia del comensal.
Un hurra por la apuesta por la presencia de la gran cantidad de buenos productos bercianos!!