Sebastián Haro
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Este museo es un buen homenaje a pintor Pedro Figari, una figura importante en la historia del arte de Uruguay.
Figari es conocido por su contribución al movimiento artístico conocido como "la Escuela de la Playa" o "la Escuela del Sur", que influyó en la pintura uruguaya y regional a principios del siglo XX.
Allí también se exponen obras de su hijo, Juan Carlos Figari, quien también se detacó en el ámbito artístico (aunque su obra no alcanzó la misma fama y notoriedad que la de su padre).
Como todo museo de arte, y en particular de pintura, creo que es un lugar que apreciarán especialmente los amantes del arte y los conocedores de las técnicas (que no es mi caso, por cierto).
La visita sirve, igualmente, para conocer el tipo de trabajos que hacía Figari, que a menudo representaban escenas de la vida cotidiana en Uruguay, incluyendo paisajes, retratos, y escenas de carnaval.
El museo en sí es muy prolijo y ordenado. Hay frases de Figari grabadas en las paredes que contribuyen a conocer un poco más lo que sentía y pensaba el pintor.
Por ejemplo, en una de ellas dice: "mi pintura no es una manera de hacer pintura, sino un modo de ver, de pensar, de sentir y sugerir".
Si andás cerca, te recomiendo visitarlo. Vale la pena.