Alejandro Fernandez P.
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Actualmente dos menús degustación que difieren entre sí en los entrantes y en el cordero o la vaca (si no me equivoco). No desvelo más, hay que vivirlo. El cariño y trabajo que desprenden todos los platos convirtieron la comida en una experiencia; hermosamente coloridos, deliciosos y sorprendentes los disfrutamos con la vista, el gusto y el olfato. Lola, omnipresente en todas las mesas de la sala, cercana y simpática, profundamente sabedora de sus productos. Iñaki, como se desprende de todo lo anterior, genial en la cocina, la otra mitad de la magia que desprende el lugar. Solo podemos recomendaros muy encarecidamente. Gracias por tal deleite, tenéis un gran presente y mayor futuro