Ana Cordoba
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Toda una suerte encontrarnos con este magnífico restaurante, si la comida es magnífica y de excelente calidad, el trato es exquisito, Pepe el propietario a sus 70 años sigue al pie de cañón junto a su familia, disfrutando cada día de su trabajo.
Nos gustó tanto que repetimos, una carta variada y productos frescos.
El tomate con cebolla de su huerta, aliñada con vinagre casero.
El pan, no tengo palabras.
Cominos un chuletón y Rape a la gallega exquisito. Los mejillones muy buenos
Al día siguiente, repetimos el tomate! Y probamos la empanada y el salpicón de bogavante, impresionante.
Y cerramos con un bogavante a la plancha, espectacular.
Muy recomendable la tarta de galleta de crema!!! Muero con ella.
Gracias Pepe por tu profesionalidad y tu cariño, nos sentimos como en casa.
Volveremos sin duda