Miriam Garcia
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Ni bien, ni mal, eso es lo que diría si me preguntan sobre este restaurante.
Vamos primero con las cosas buenas: la “croqueta” y el postre impresionantes, el donburi estaba rico y el pollo también. La calidad del producto se nota.
Una de las camareras fue majisima y el trato que nos dio es de agradecer.
Por otro lado, la otra camarera, vamos a dejarlo en que no era tan simpática. Entre el pollo y donburi nos hicieron esperar más de media hora. El segundo nigiri no nos gustó nada y en general, quitando lo mencionado anteriormente, se queda un poco simple, no está malo, pero tampoco repetiría el plato, no destaca…
En general, teniendo en cuenta el precio esperábamos una mejor experiencia, por lo que no volveremos, con probarlo una vez, suficiente.