Marga Corchero
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Bonito jardín para el verano, aunque las sillas son incomodísimas tanto las de las mesas bajas como las de las mesas altas, en definitiva el lugar es bastante incómodo.
En cuanto a la comida no pudimos quedarnos a cenar porque no habíamos hecho reserva, nos acoplamos en una mesa alta bastante grande que compartimos con otro grupo, hay muy pocas mesas.
Tomamos únicamente la ensaladilla de gambas que estaba riquísima, muy bien presentada y condimentada y unas cervezas no más dada la incomodidad.
El servicio muy bueno, muchos camareros bastante atentos a las necesidades de los clientes.
Y el ambiente muy bueno, es una pena que no mejoren el aspecto de la comodidad y pongan alguna mesa más